En el fondo de mi ser hay un pozo infinito de gratitud.
Lleno mi corazón, mi cuerpo, mi mente, mi conciencia y todo mi ser con esta gratitud, que sale
de mí en todas direcciones, llega a todo lo que hay en mi mundo y vuelve a mí en forma de más cosas por las que sentirme agradecido.
Cuanta más gratitud siento, más conciente soy de que es infinita.
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